Industriales de hoy en Riópar
(BRONCES RIÓPAR)
Los secretos del bronce - cómo trabajarlo y cómo embellecerlo- parecen patrimonio de la gente de Riópar; tanto de los viejos jubilados que en las Reales Fábricas pasaron la mayor parte de su vida, como de los más jóvenes que emprendieron la aventura de fundar su propia empresa; en este caso se encuentran Agnelio y Pedro Serrano García que, después
de su período de especialización en las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz y unos años en Francia, regresaron al municipio albaceteño - tesoro y ruinas de arqueología industrial- para establecer la industria "Bronces Riópar" (Hermanos Serrano-Comuniad de Bienes). En el taller trabajan ocho operarios, pero lo más significativo es el espléndido comercio
convertido en sala de exposición que permanece abierto diariamente, sábados y domingos incluidos.
Refulge el metal en camas y cunas de auténtica filigrana; en braseros con pies de cuatro y seis columnas, en copones, ciriales, llamadores, balaustres, armaduras para butacas, delanteras y servicios para chimeneas, espejos, cofres, joyeros e infinidad de lámparas originales de Pedro y Agnelio, que diseñan manteniendo el sello inconfundible de la época
pujante de finales del XIX. Domina el bronce, pero eligen con gran delicadeza las tulipas o las pocas lágrimas que aplican y sobresale el dominio de los barnices y óxidos en las piezas finas trabajadas como una seda plegada. A pesar de ello, la lámpara de mayor éxito es la bautizada como la "de los angelitos", a medias entre objeto de iluminación propio para
capilla, salón de plenos y romántico dormitorio, que puede tener desde cuatro a doce brazos rematados por los pequeños querubes sosteniendo las velas. Lámparas de "angelitos" se encienden en el Ayuntamiento de Jumilla, templo de Cox e incontables habitaciones íntimas.
Los hermanos Serrano García visitan las ferias nacionales y extranjeras que quedan a su alcance; pero no exponen de momento en ninguna; y cuentan con los compradores que se desplazan a Riópar en busca de sus creaciones y con el público que les descubre; el que "boca a boca" se convierte en la más firme publicidad.
De Alicante, Murcia y Albacete acuden parejas de novios que adquieren las lámparas de su futura casa o matrimonios que renuevan la decoración del piso.
El comercio y la sala exposición tienen a su favor la atracción del nacimiento del Río Mundo, que convierte a Riópar en localidad turística, ya que ni en invierno las excursiones cesan; dispone de varios hostales y de una rica cocina de fuerte sabor.
Como dato curioso añadir que hasta en una tienda de "souvenirs", en plena carretera, el cartel anuncia: "se limpian y restauran objetos y lámparas de bronce". Nos hallamos entre colinas y bosques, cerca de las antiguas explotaciones de calamina, donde Juan Jorge Graubner instaló la fundición hace más de doscientos años.
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