TRÍPTICO NOSTÁLGICO
Que todo aquél que lo lea
se rebusque en la neurona,
CERRETE, CUERDA y BOLEA,
o la memoria flaquea
o recuerda y se emociona.
CERRETE
Como pirata de los siete mares,
capeando el Mistral con el trinquete,
me he vuelto a ver subido en el Cerrete
recordando novillos escolares.
Rememoré momentos singulares
tras el "ladrón", ortóptero y juguete.
la niñez me impactó como un ariete
con éste y otros sueños similares.
Girando entre el ensueño, entre la vida,
rodando como rueda de la noria
me reencontré la realidad perdida.
que alguien robó el Cerrete ya es historia,
mas nadie ha de robarme la escondida
imagen que conservo en mi memoria.
CUERDA
Llenábase en la Feria la ladera
de la era, llegando hasta Cubiertos,
con vacas, con gorrinos y jumentos
y tratantes de casta y de carrera.
Haciendo de dentista, a su manera,
danzaban por "la Cuerda" los expertos,
inspeccionando burros boquiabiertos,
mañana y tarde, la jornada entera.
Y, hablando de lo humano y lo divino,
si se cerraba el trato era el disloque,
marchaba cada cual por su camino
tras estrechar las manos o, aunque choque,
tomando cuerva con mesura y tino
celebraban después el alboroque.
BOLEA
Ahora la bola no se balancea,
el caño que manaba ya no mana
ni el triunfo de la bola más lejana
anima en el final de la tarea.
Del taller la sirena que vocea,
ni tampoco un repique de campana,
convocan a la gente a la aldeana
distracción de la bola y la bolea.
Pasan el rato tomando Coca Cola,
mezclando con alcohol la melopea
hasta el gris despertar de la farola.
Insensible, la gente pisotea
las cosas del ayer, y "no les mola"
ni Cuerda, ni Cerrete, ni Bolea.
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