LAS ESCORIAS
En contra de los restos infusibles
el fundidor no actúa. Las escorias
sobrenadan el baño del metal
purificando, van
a las zonas más altas del crisol.
Sus nubes sucias suben
y cubren la marea de las formas
con su deformidad.
Una lluvia de chispas
depresiona, revienta
la prisión y segrega las escorias
sin discriminación. Pasivamente
el fundidor las trata.
Tan parecidos son,
tan incapaces
los dos de maquillar
la inconfundible hondura
y la disparidad
de sus rugosidades.
Residuos de tu dios
residen en tu dios.
Inflígiles el cáncer
de tu voz. Padre, di
lo que dicen de ti
las mudas, defecadas
escorias de tu nombre.
No volverán a ser
sangradas, las que apuran
y a cada carga purgan
la vida a su través.
Sin ánimo de arreglo,
el fundidor escuche recordando
la escoria tan callando.
Puede que sea el único
recuerdo que le quede
al fundidor: la escoria
entre la tapia
y la infinita postración del llano.
Puede que vuelva a hacer
su camino olvidado recordando
la escoria tan callando
entre la tapia
y la infinita postración del llano.
Puede que sea escoria lo olvidado
puede que sea un dios, puede que nada
ocurra al escuchar
el mutismo insistente de los restos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se admiten comentarios incluso anónimamente. Lo único es que no se publicarán hasta su filtrado para evitar cosas indeseables para todos.